La pintura republicana tuvo, al principio, un cometido oficial al servicio de la narración de las hazañas de la guerra y victorias, representadas en cuadros que acompañaban al botín y a los cautivos en las entradas triunfales de los caudillos romanos. Este tipo de carteles propagandísticos fueron frecuentes entre los siglos II y I a.C., y de ello nos dan cumplido detalle los escritores romanos (Livio, Plinio, Appiano, etc.).
Sin embargo, la pintura decorativa romana, empleada como revestimiento de paredes recubiertas con estuco para disimular la pobreza de los materiales constructivos, inició su desarrollo a partir del siglo I a.C. y se mantuvo en constante evolución hasta finales del imperio. No obstante, el destino quiso que parte de sus manifestaciones, hasta el año 79 en concreto, se hayan conservado de forma inmejorable en las ciudades sepultadas por la lava del Vesubio, de tal suerte que hablar de los cuatro estilos pompeyanos es hablar de toda la pintura de finales de la República y comienzos del Imperio, pero sólo hasta esa fecha. Popularmente se ha dado la impresión que sólo los pompeyanos decoraron sus casas con bellas pinturas. Obligado es, por lo tanto, insistir de que si tal ocurrió en una provincia, hay que imaginar lo que debieron ser las creaciones que adornaron los grandes edificios de Roma en aquel entonces y en épocas posteriores.
El análisis estilístico de los conjuntos pictóricos de Pompeya y Herculano dio como consecuencia la fijación de los célebres <<cuatro estilos ppompeyanos>>, cada uno de los cuales ha sido objeto de numerosos estudios. Las diferencias entre unos y otros no son siempre claras. Así, se justifica la mezcla y superposición de estilos en una misma casa e, incluso en la misma estancia.
Las técnicas empleadas fueron principalmente el fresco, el estuco y la encaústica.
La pintura al fresco era aplicada sobre la pared aún húmeda, por lo que los colores penetraban en ella profundamente. También se utilizó la técnica del falso fresco, que consistía en dar los colores diluidos en cal sobre la pared seca.
La pintura sobre estuco era la que se daba sobre una pasta de cal apagada y mármol pulverizado.
La pintura a la encáustica consistía en la utilización de colores mezclados con cera sobre el enlucido seco.
Estilos
Primer Estilo:
El primer estilo es el llamado de incrustación (segunda mitad del siglo II a los inicios del iglo I a.C.), ya que con él se pretendieron simular las placas de mármol que revestían las paredes (el opus tectorium) de los edificios y mansiones decoradas con ricos materiales, a imitación de lo que se hacía en las grandes ciudades helenísticas. La pared se divide normalmente en tres bandas horizontales. La inferior juega el papel de zócalo, la zona media se descompone a su vez en diversas capas de mármol, y la superior consta de un friso corrido generalmente blanco que completa la representación. Los mejores ejemplos de este tipo de pintura se encuentran en la Casa del Fauno y la Casa de Salustio ambas Pompeya.
Comenzamos con la casa del Fauno (Primer estilo, Mosaicos):
Casa de Salustio (Primer estilo)
Villa di Arianna (Primer estilo)
Segundo Estilo:
El segundo, el de perspectiva arquitectónica (desde el 82 a.C. a finales del siglo I a.C), es ya una creación romana, y sus composiciones invaden las paredes con escenas o cuadros mitológicos. La pared desaparece para ceder parte a una ornamentación compleja. A esta época, coincidente con los momentos de esplendor que vivió Roma bajo César y Augusto, corresponden las creaciones más bellas del conjunto pompeyano, como por ejemplo la decoración de la Casa de los Misterios.
Casa de los Misterios (Segundo estilo)
En un largo friso corrido, las escenas de iniciación dionisiaca van comunicando su complicado y expiatorio ritual hasta llegar a la plena comunicación con el dios.
La villa de P. Fannio Sinistore en Boscoreale, es otro ejemplo de frescos correspondientes al segundo estilo.
Villa de Boscoreale (Segundo estilo)
También nos encontramos pinturas del segundo estilo en la Casa de la Pulsera de oro (Pompeya):
Casa de la pulsera de oro (Segundo estilo)
Pasamos a visitar una cuarta mansión pompeyana con frescos pertenecientes también a este segundo estilo: La Villa de Livia.
La Villa de Livia (Segundo estilo)
Los estilos tercero y cuarto coincidieron con la época de los Julio-Claudios y aún alcanzaron la primera etapa de gobierno de los Flavios. En especial el cuarto estilo tuvo un gran desarrollo en Roma, donde continuó su evolución más allá del año 79, fecha en que quedó interrumpidao en Pompeya. Con anterioridad a dicha fecha, no obstante, ya habría ciertas diferencias entre las decoraciones pompeyanas, en la que predominaron los colores vivos, y las romanas, donde se observaba una predilección por las entonaciones claras, impuestas por los fondos blancos. Por lo demás, en todas las composiciones preside la intencionalidad de diluir la presencia física de la pared.
Tercer Estilo
El Tercer estilo, conocido con el nombre de los candelabros (desde finales del siglo I a.C. a mediados del siglo I d.C.), se caracterizó por la creación de fantásticas e irreales estructuras arquitectónicas entre las cuales se mueven delicadas figuras, de tamaño menor que las que aparecían en el segundo estilo, con un decidido gusto por la ornamentación <<rococó>>. Puede servir de ejemplo la decoración exquisita de la casa de los Vetti. Hay quien la asocia al cuarto estilo.
La casa de los Vetti (Tercer/cuarto estilo)
Otros frescos del tercer estilo:
Flora y Diana de la cabecera de esta entrada también están ubicadas en este tercer estilo.
Cuarto Estilo
El cuarto estilo, o ilusionista (desde mediados del siglo I hasta el 79 d.C.en Pompeya y hasta finales del siglo en Roma), convirtió a las paredes en escenarios irreales en los que una arquitectura fantástica y barroca tenía como único propósito, en un alarde decorativo,hacer olvidar la presencia física del muro. En realidad el tercer y cuarto estilo están tan cerca uno del otro que hay quienes los consideran uno solo. El cuarto estilo tuvo su máximo desarrollo en la Domus Áurea de Nerón (que ya fue tratada en la anterior entrada Arquitectura clásica-Cultura Material). En Pompeya son pocas las muestras que se han conservado de este cuarto estilo. Al parecer, las viviendas de ciudadanos pudientes afectadas por el terremoto del 63 fueron las que pretendieron imitar las decoraciones neronianas que toda la alta sociedad admiraba, a pesar de sus constantes críticas hacia el tirano. La erupción inesperada dejó muchas obras sin terminar.
Veamos algunos ejemplos del cuarto estilo:
Edificio dei Triclini a Moregine (Pompeii) (Cuarto estilo)
La casa de Dioscuri (Cuarto estilo)
El Templo de Isis (Cuarto estilo)
Otros ejemplos de este cuarto estilo:
Terminamos esta entrada exponiendo los frescos eróticos de Pompeya.
Nota Importante: Las descripciones de esta entrada han sido tomadas de la Historia Universal de la Pintura (Espasa) Vol (1) y de Wikipedia, más alguna anotación propia.
Muchísimas gracias por compartir.
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Muy interesante anotación, sobre todo en los estilos, desde luego más mejor documentada que la mía,
http://www.historia-del-arte-erotico.com/rom_pompeya/home.htm
Un saludo
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Un recorrido realmente valioso sobre la ciudad de Pompeya, me deja interesado en ahondar sobre al arte romano, buen trabajo Carlos.
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