

Si, como algunos autores dicen, Augusto en Roma es lo que Pericles a Atenas, puede decirse de Trajano, que sin ser artista imprimió un carácter al arte de su tiempo, cómo sólo Augusto logró hacerlo con el suyo. Su nombre se asocia con el proyecto urbanístico más impresionante al que fue sometido el centro de la Roma Imperial: el Foro de Trajano, el último y el más extenso de todos los foros imperiales.

Para el logro de este monumental y “revolucionario” proyecto, Trajano cuenta con la imprescindible “mano” del ingeniero militar Apolodoro de Damasco, autor de una obra teórica sobre el arte de la guerra -Poliorcética- y de otra práctica que llenó de asombro a sus coetáneos: el puente de madera sobre el Danubio, en la frontera de la Dacia. El papel que desempeñó Apolodoro en la consecución de este proyecto fue decisivo.

El magnífico botín de guerra –el oro de los Dacios, que sin duda constituyó el aliciente principal de los romanos para la conquista de aquella lejana región del Danubio- posibilitó la construcción de un recinto formado por plazas y edificios que hasta entonces Roma no había conocido.
Ya la preparación de los terrenos nos anuncia de la grandeza, pretensiones y envergadura “ideológica” del proyecto; Fue necesario remover de su emplazamiento el collado que unía el Capitolio con el Quirinal. La inscripción dedicada por el senado y el pueblo romano a Trajano en el basamiento de su célebre columna se refiere en estos términos a la gigantesca operación de excavación que hubo de hacerse:

IMP•CAESARI•DIVI•NERVAE•F•NERVAE
TRAIANO•AVG•GERM•DACICO•PONTIF
MAXIMO•TRIB•POT•XVII•IMP•VI•COS•VI•P•P•
AD•DECLARANDVM•QVANTAE•ALTITVDINIS
MONS•ET•LOCVS•TANTIBVS•SIT•EGESTVS
Traducido:
«El senado y el pueblo romano, al emperador César Nerva Trajano Augusto Germánico Dácico, hijo del divino Nerva, pontífice máximo, tribuno por decimoséptima vez, imperator por sexta vez, cónsul por sexta vez, padre de la patria, para mostrar la altura que alcanzaban el monte y el lugar ahora destruidos para <obras> como ésta.»
En otras palabras, según la inscripción la columna es tan alta como la colina que anteriormente existía en el mismo lugar, es decir, la altura de la colina que hubo de excavarse sería de 38 metros que es lo que mide la columna.
Tal como destacó el arqueólogo Paul Zanker, la disposición de los edificios y de las superficies al aire libre del Foro de Trajano seguía una idea fundamental que correspondía a las concepciones ideológicas del emperador, es decir: el ejército como fundamento del Estado.

(1) Arco triunfal de entrada. (2) Plaza rodeada de pórticos. (3) Pórticos con columnas de mármol. (4) Exedras. (5) Mercado de Trajano. (6) Vía Biberatica. (7) Basílica Ulpiana con sus dos Exedras. (8) Bibliotecas Griega y Latina. (9) Columna Trajana. (10) Patio del Templo de Trajano rodeado de pórticos. (11) Templo del divino Trajano (divo Trajano), construido por Adriano.
De acuerdo con su concepción del ejército como fundamento del Estado, la sucesión arquitectónica del Foro de Trajano está orientada en la disposición de los campamentos militares romanos (castrum). Ostensiblemente, Trajano perseguía el propósito de reproducir un campamento en el corazón de la capital imperial –y con ello, de ennoblecer el ejército como corazón del imperio-; pero más allá de la estructura castrense, lo que resulta novedoso, en la concepción de este Foro, es la falta de carácter religioso del conjunto. La Basílica Ulpiana, rectangular, está situada al fondo de la plaza, y relega literalmente a un segundo plano el templo de Trajano. Esto es, por otra parte, el fruto de una segunda campaña de construcción, emprendida tras la muerte del emperador. Ahora bien, no se trata aquí de un hecho secundario: es una verdadera “revolución”.

Después de los foros de César, Augusto, Vespasiano y Nerva, que tenían todos como elemento más importante la fachada de un templo, la decisión de reemplazar un monumento sagrado por un edificio civil modificaba fundamentalmente el espíritu de la construcción. Sustituyendo un área religiosa por una plaza pública, Trajano devuelve al pueblo de Roma un lugar reservado a la actividad pública y pone fin a la ambivalencia entre santuario y basílica representada por el templo de Marte Ultor, rodeado por dos exedras-basílicas.
Es cierto que, en un principio, parece ser que respecto al foro de Trajano existió el proyecto de consagrar un templo (construido posteriormente por Adriano) al emperador divinizado. Pero su situación, oculta tras la Basílica Ulpiana y la columna-mausoleo, modifica profundamente su significado. Ya no es el santuario el que manda en el proyecto, aunque siempre represente el final del proceso.
En realidad, el centro de gravedad de este foro es ahora la plaza propiamente dicha, el ágora rodeada de pórticos, como las stoaï griegas. Aquí se trata de un forum en su sentido primordial, y no de un pasaje rodeado de pórticos que conduce a las gradas de un templo, cuya presencia polarizaba todo el espacio. En esta plaza casi cuadrada podían tener manifestaciones grandiosas, ceremonias oficiales, recepciones de embajadores…




Respecto a la Basílica Ulpiana (la mayor de cuantas fueron construidas en Roma 170m de largo por 60 de ancho), ofrecía sus grandes pórticos a las actividades jurídicas y políticas. Se trata dl <<Tribunal>>, en el pleno sentido del término, hasta tal punto que está asociado con el poder del Príncipe cuando dicta el derecho y decreta las leyes. Aquí se manifestaba el ius romanum, tenían lugar los grandes procesos, y los abogados, senadores y juristas discutían sobre la res pública. En las dos exedras de la basílica, se levantaban colosales estatuas que representaban a los miembros de la familia de Trajano, la gens Ulpia. El propio emperador estaba representado en sus diversas funciones, también bajo la forma de gigantescas estatuas.
El nuevo foro de 300x185m, formaba un ángulo recto con el de Augusto. Un arco de triunfo de un solo vano, pero de enormes pilas laterales, señalaban la entrada por aquel lado de fachada cóncava.

Los tres ámbitos –plaza, basílica y recinto templario-, suponen una concepción espacial plenamente romana, propia y exclusiva de Trajano y que solo una mente romana cabía concebir. Apolodoro de Damasco era un griego helenístico, cierto, pero el helenismo llevaba muchos siglos adormilado y lo que en el imperio se decía y se hacía salía de Roma. Por lo que no tiene sentido hablar de helenismo a estas alturas de la romanidad.
También en la decoración escultórica del Foro de Trajano se impusieron ideas romanas. El gran ático que rodeaba la plaza, como en el foro de Augusto, tenía una decoración escultórica, pero no de cariátides del Erechtheion, sino de prisioneros dacios (luego transportadas para la decoración del Arco de Constantino como esculturas exentas), tipos etnográficos más representativos que los de la estatuaria ideal. Victorias sacrificando toros y adornando candelabros ponen la nota clasicista en los frisos figurados, y los acantos y cimacios completan la decoración del marco.



Amanecía un nuevo clasicismo, pero no ya inspirado en Grecia como el Augusto, sino en el de Augusto mismo.
La columna Trajana
Se trata quizá de una de las obras más peculiares de la romanidad, sin antecedentes tuvo una secuela de imitaciones que va desde las columnas de Antonino Pío y Marco Aurelio (ésta aún en pie hoy en día) hasta la de la Place Vendòme en el centro de París. Su inauguración tuvo lugar en el año 113.
La Columna Trajana puede considerarse como una “película” en la que se narra las “glorias” del emperador y donde se conmemora la conquista de la Dacia como victoria de Trajano y destinada a custodiar las cenizas del emperador, como se hizo en una urna de oro.
Sobre su basamento decorado con numerosos relieves de armas y pertrechos bélicos, la columna soporta una cinta helicoidal de 200 metros de longitud, cubierta del rlieve más extenso que la antigüedad llegó a conocer.
Puede decirse (valga el símil cinematográfico) que se trata de una narración en “fotogramas” que ascienden en espiral (lo que la diferencia de anteriores columnas con bajorrelieves labrados en los tambores de las columnas), hasta formar 23 giros en torno al fuste de la columna de abajo hacia arriba, de izquierda a derecha.
La Columna Trajana que en su época era polícroma, está compuesta por 17 bloques de mármol de Luni y su altura, como ya hemos apuntado anteriormente, coincide con la altura que tuvo la excavación que se hizo necesaria para la construcción del foro.

Más de 200 figuras, algunas repetidas, como era licencia aceptada en el relieve y en la pintura histórica, intervienen en la representación de la guerra con los dacios que allí se narra. En el interior de la misma, una escalera de caracol de 185 peldaños e iluminada por 45 minúsculas hendiduras permite el acceso a una plataforma mirador en su parte superior. La columna estuvo coronada en su día por una estatua de Trajano (lo que atestiguan monedas de la época) que fue sustituida por na de San Pedro en 1587, por voluntad del Papa Sixto V.







Los Mercados de Trajano
Un aspecto al que no hemos hecho mención hasta ahora es el del comercio y la economía. Los Mercados de Trajano cumplen esta función tan esencial en una ciudad que pudiera tener hasta un millón de habitantes. Se sitúan al norte del foro. Detrás de la exedra que rodeaba la plaza imperial. Las excavaciones de la colina del Quirinal se realizaron en forma de tres terrazas sucesivas. En ellas se construyó de manera escalonada un edificio de seis plantas, comunicadas por anchas escaleras, donde vinieron a concentrarse, formando calles (Vía Biberatica) y galerías de tiendas, los establecimientos comerciales que anteriormente ocupaban la mayor parte de los foros.


En oposición al carácter representativo y grandioso del foro, enteramente construido en mármol blanco, en Los Mercado de Trajano, el ladrillo de fábrica como material ve llegada la hora de su triunfo. Sus estampillas permiten datar los Mercados de Trajano con precisión en el primer decenio del reinado de Trajano. Ello significa que su construcción fue por delante que la del foro, cosa lógica por esencial para la consolidación previa de la ladera del Quirinal. Sin embargo, el perfecto ajuste entre ellos indica que ambos proyectos se realizaron simultáneamente.

A la calle abrían sus puertas, en la planta baja, unas tabernae más anchas que profundas con sus dinteles y jambas de travertino.
Tiendas pequeñas, en número de 150, se repartían la administración y el comercio al por menor de los productos alimenticios dependientes de la annona imperial: el trigo, el aceite y el vino. Las tiendas daban a la Vía Biberatica que atravesaba el interior de la construcción. Al otro lado de esta calle se conserva una galería comercial rectilínea, dispuesta en dos niveles. Esta gran nave está cubierta por una bóveda de arista, tan original como trascendental para el futuro, pues ahí podrían encontrarse los fundamentos de las bóvedas de la posterior arquitectura medieval.


En resumen, el Foro de Trajano representa una obra global y sintética, donde el soberano ejerce sucesivamente los papeles de administrador del imperio, controlando el comercio y los cambios; vencedor en las fronteras, cuyos límites amplía; legislador que garantiza la ley humana; Pontifex Maximus, que administra la ley divina; y finalmente soberano que divinizado alcanza la apoteosis.