Medusa başlı madalyon kabartması.
Algo de historia y breve descripción
Es viernes 6 de noviembre de 2015, el día es gris y fresco, todo huele a MAR entre las callejas que bordean los muros del palacio Topkapi y el Parque Gülhane y que nos llevan veladamente a uno de los más importantes museos del mundo en su género.
El Museo Arqueológico de Estambul fue fundado por el polifacético Osman Hamdi Bey (1881-1910), arqueólogo, pintor, matemático, director del museo y aquel que tuvo la inmensa suerte de hallar el más impresionante conjunto de sarcófagos antiguos en la Necrópolis real de Sidón, actual Líbano, que se constituyen en las joyas más preciadas de la colección, en 1891. El objetivo del fundador fue reunir artefactos de todas las civilizaciones que co-existieron dentro del Imperio otomano. El nombre original de este museo era Museo Imperial (Müze-i Hümayun).


Osman Hamdi Bey (1881-1910) Para conocer con algo más de profundidad la personalidad de Osman Hamdi Bey, puede visitarse este artículo que firma Ana Morales (Haz clic)
Los orígenes del museo se remontan a una reducida colección de antigüedades que se instaló en 1846 en el Palacio Topkapi. En 1869 se convirtió en el museo de la corte.
Es en 1891, cuando el Museo Arqueológico abrió sus puertas convirtiéndose en el primer museo de Turquía.
Colección
La colección del museo está repartida en tres edificios, aunque cabría destacar (desde mi humilde punto de vista) que tanto las calles y solares de los aledaños como los patios interiores del complejo, pudieran considerarse como otra parte expuesta sin catalogación aparente.
- Museos Arqueológicos
- Colección de Arte Oriental (Museo del Antiguo Oriente)
- Colección de cerámicas y joyas
- Exteriores
En esta entrada, nos centraremos en los patios exteriores y en el Museo Arqueológico (Arqueología Clásica) dejando para una segunda parte, la Colección de Arte Oriental (Museo del Antiguo Oriente) y la Colección de cerámicas y joyas.
Tanto en las calles aledañas como en los patios del complejo, nos encontramos una ingente cantidad de “obra” que, en cualquier otro país o museo, serían obras de primerísimo orden.
Aquí una muestra sin clasificar.
Cabeza de Medusa. En la mitología griega, Medusa (en griego antiguo Μέδουσα Médousa, ‘guardiana’, ‘protectora’) era un monstruo ctónico femenino, que convertía en piedra a aquellos que la miraban fijamente a los ojos. Fue decapitada por Perseo, quien después usó su cabeza como arma hasta que se la dio a la diosa Atenea para que la pusiera en su escudo, la égida. Desde la antigüedad clásica, la imagen de la cabeza de Medusa aparece representada en el artilugio que aleja el mal conocido como Gorgoneion.
Tres sarcófagos de pórfido se encuentran ubicados fuera del Museo Arqueológico de Estambul.
El pórfido es un tipo de roca ígnea, más concretamente una roca filoniana. Su nombre se deriva del latín (porphyra) y el griego antiguo πορφύρα (porphúra), que significan ‘púrpura’, debido a su color. El pórfido ha sido utilizado en la construcción desde la antigüedad por su dureza y aspecto decorativo.
En éste, la cubierta es un techo inclinado con acroteria angular, en cuyo frente la cruz está tallada con un monograma cristiano incluido en una corona de laurel y flanqueado por letras alfa y omega.
Las colecciones del Museo Arqueológico de Estambul:
El edifico principal del Museo Arqueológico, de estilo neoclásico, fue diseñado por Alexandre Vallaury (Alexander Vallaury pasó su tiempo entre 1869 y 1878 en París, donde estudió arquitectura en la École nationale supérieure des Beaux-Arts . Al regresar a Estambul en 1880, conoció a Osman Hamdi Bey. Los dos artistas trabajaron estrechamente en los campos de la arqueología, el trabajo museístico y la educación en bellas artes…)
El edificio , además de su gran sección de sarcófagos alberga en tres plantas colecciones del periodo bizantino, que denominan “Estambul a lo largo del tiempo”. Comparten espacio también Anatolia y Troya mas culturas adyacentes a Turquía (Chipre, Siria y Palestina). Alberga algunos objetos mundialmente conocidos. Lo más importante del museo es la gran colección de sarcófagos, entre los que destacamos el Sarcófago de Alejandro (S. IV) y el de Las plañideras. Cabe igualmente destacar entre otras innumerables obras, la estatua de Marsias, la estatua y busto de Alejandro Magno, Sapho…y una buena colección de Tracia, Bitinia y Bizancio, y algunas piezas del tesoro de Schliemann, procedentes de Troya.
Muy notable es sin duda la colección de escultura clásica que va de los tiempos de la Grecia Arcaica, hasta los del periodo romano, pasando por el más puro clasicismo griego y el afectado estilo helenístico.
Periodo helenístico
En la mitología griega, Marsias (en griego antiguo Μαρσύας) es un sátiro que desafió a Apolo en un concurso musical. Se creía que había nacido en Celenas (Frigia), en la fuente principal del río Meandro. Marsias era un experto tocando el aulós, una especie de flauta doble. Había hallado el instrumento en el suelo, donde lo había dejado su inventora: Atenea, después de ver sus mejillas infladas reflejadas en él mientras tocaba.
Apolo y Marsias se enfrentaron en un concurso musical en el que el ganador podría tratar al perdedor como quisiera. Los jueces fueron las Musas, por lo que naturalmente Marsias perdió y fue desollado vivo en una cueva cerca de Celenas por su hibris al desafiar a un dios. Apolo clavó entonces la piel de Marsias en un árbol (un pino que sobresalía de los demás en la versión del Pseudo-Apolodoro1), cerca del lago Aulocrene, y su sangre formó el río Marsias (afluente del Meandro, que desemboca en éste cerca de Celenas).
Hermafrodito o Hermafrodita (en griego antiguo, Ἑρμαφρόδιτος) es un personaje de la mitología griega. Era hijo de Afrodita y de Hermes, en honor de los cuales recibió el nombre, una mezcla de los de sus padres. Pero Afrodita, al sentirse culpable de adulterio, se separó de su hijo y lo dejó en el monte Ida (Frigia) al cuidado de las ninfas del monte, por quienes fue criado.
Con el paso del tiempo, el niño se convirtió en un joven de gran belleza. Un buen día, Hermafrodito decidió salir a recorrer las tierras griegas. Yendo de camino a Caria, en Halicarnaso, el exceso de calor de aquel día soleado le hizo aproximarse a un lago para refrescarse, y se lanzó a nadar desnudo. La náyade Salmacis —o Salmácide—, espíritu de aquel lago, al notar su presencia y observar su cuerpo desnudo, sintió una atracción inmediata hacia él y no tardó en desnudarse y acercársele para tratar de conquistarlo, pero el joven se resistió.
Aun así, la ninfa no cejó en su empeño y, poco después, desde la fuente cercana a la que Hermafrodito se había acercado, Salmacis se abrazó a él fuertemente, lo arrastró al fondo y, mientras forcejeaba con él, suplicó a los dioses que no separaran sus cuerpos, diciendo: ¡Te debates en vano, hombre cruel! ¡Dioses! Haced que nada pueda jamás separarlo de mí ni separarme de él”. Los dioses, atendiendo su súplica, le concedieron su deseo y ambos cuerpos se fusionaron para siempre en un solo ser, de doble sexo.
Hermafrodito suplicó a sus padres, los dioses, que cualquier joven que se bañara en aquel lago corriera su misma suerte. De esta forma, el lago arrebataría la virilidad a todo aquel que se bañara en él, tal como así se lo concedieron los dioses.
En la mitología clásica, Dioniso (en griego antiguo Διώνυσος Diônysos o Διόνυσος) es “hijo de Zeus” (“Διός” en griego antiguo, es el genitivo de Ζεύς, que significa “de Zeus”) y (“νυσος” en lengua tracia-frigia, significa “hijo”), es el dios de la vendimia y el vino, inspirador de la locura ritual y el éxtasis, y un personaje importante de la mitología griega, como hijo del dios principal Zeus (Ζεύς en griego antiguo). Aunque los orígenes geográficos de su culto son desconocidos, casi todas las tragedias lo presentan como «extranjero».
Fue también conocido por los romanos como Baco (del griego antiguo Βάκχος Bakkhos) y el frenesí que inducía, bakcheia. Es el dios patrón de la agricultura y el teatro. También es conocido como el ‘Libertador’ (Eleuterio), liberando a uno de su ser normal, mediante la locura, el éxtasis o el vino. La misión divina de Dioniso era mezclar la música del aulós y dar final al cuidado y la preocupación. Los investigadores han discutido la relación de Dioniso con el «culto de las almas» y su capacidad para presidir la comunicación entre los vivos y los muertos.

Safo de Mitilene, también conocida como Safo de Lesbos o simplemente Safo, (en griego, Σαπφώ; en eolio, Ψάπφω) (Mitilene, Lesbos, ca. 650/610 – Léucade, 580 a. C.) fue una poetisa griega. Más tarde los comentaristas griegos la incluyeron en la lista de los «nueve poetas líricos». Platón la catalogó como “la décima Musa”.
En la antigüedad clásica, Océano (en griego antiguo Ώκεανός Ōkeanós u Ωγενος Ōgenos, literalmente ‘océano’ en latín Oceanus u Ogenus) se refería al océano mundial, que los griegos y romanos pensaban que era un enorme río que circundaba el mundo. Más precisamente, era la corriente de agua marina del ecuador en la que flotaba la ecúmene (οἰκουμένη oikoumene, conjunto del mundo conocido por una cultura).
En la mitología griega este océano mundial era personificado como un Titán, hijo de Urano y Gea. En los mosaicos helenísticos y romanos (por ejemplo, en Océano y Tetis, de Zeugma, siglo III) se representa con frecuencia a este Titán con el torso y brazos de un hombre musculoso con barba larga y cuernos (a menudo con pinzas de cangrejo), y con la parte inferior del cuerpo de una serpiente (compárese con Tifón). En fragmentos de una vasija arcaica fechada sobre 580 a. C.,4 entre los dioses que acuden a la boda de Peleo y la ninfa marina Tetis aparece un Océano con cola de pez, llevando un pez en una mano y una serpiente en la otra, dones de recompensa y profecía. En los mosaicos romanos, como el de Bardo, puede aparecer llevando un timón y meciendo un barco.
Algunos estudiosos creen que originalmente Océano representaba a todos los cuerpos de agua salada, incluyendo el mar Mediterráneo y el océano Atlántico, las dos mayores masas acuáticas conocidas por los antiguos griegos. Sin embargo, a medida que la geografía se hizo más precisa, Océano pasó a representar las aguas más desconocidas y extrañas del Atlántico (también llamado «Mar Océano»), mientras el recién llegado de una nueva generación, Poseidón, gobernaba el Mediterráneo.
Se trata de una obra escultórica exenta realizada en mármol del Pentélico que todavía conserva restos de policromía, mide casi dos metros veinte de anchura y más de un metro noventa de altura. La obra dataría del siglo IV a.C. encuadrándose en el periodo helenístico de la cultura griego.
La pieza procede de la necrópolis de Sidón, junto con otros tres de factura parecida, pero de inferior calidad. El hallazgo, como ya hemos mencionado es producto de las excavaciones llevadas a cabo por Osman Hamdi Bey en 1887. Tras su hallazgo, F. Winter lo atribuyó a Abdalónimo, rey de Sidón. Se trataba de un monarca impuesto por Alejandro tras la batalla de Issos. Posteriormente, en la segunda década del siglo XX, esta hipótesis fue revisada y Karl Schefold demostró, más allá de cualquier duda razonable que este sarcófago se esculpió mucho después 311, año de la muerte del rey de Sidón mencionado. Su ejecución bien pudo ser hacia el 330, fecha que coincidiría con la muerte del monarca macedonio. Pero nada se sabe con seguridad.
Al igual que el resto de la escultura helenística, los artefactos funerarios adquirieron durante esta época cierto carácter arquitectónico que las configuraba como elementos monumentales, así es común que los sarcófagos como este que aquí analizamos adquieran las formas de los templos con la tapa a modo de tejado. La obra, tallada en mármol representa un templo griego, con un magnifico frontón. En una de sus caras, se puede observar al propio Alejandro en la famosa batalla de Issos, cuando derrotó a Darío III. El rey macedonio va a caballo, con una piel de león en la cabeza; está atacando con una lanza a un persa que ha caído del caballo. En la otra cara nos encontramos con una cacería de leones en la que se ve a Alejandro junto a Abdalónimo; finalmente, en los laterales se observa al mismo Abdalónimo cazando una pantera y en el otro lateral una batalla desconocida, quizás Gaza.
No cabe duda de que el estilo praxitélico tiñó el ámbito ateniense de su época: las obras que lo ostentan, aun sin poder ser atribuidas con seguridad al maestro o a su taller, alcanzan en ocasiones un nivel que impide pasarlas por alto: es el caso, por ejemplo, del Sarcófago de las Plañideras, encargado por un monarca fenicio de Sidón y encontrado en su lejana necrópolis. “Es verosímil que el Sarcófago de las Plañideras sea el del rey sidonio Estratón, muerto hacia el 358, y que las mujeres dispuestas en los intercolumnios de un edificio jónico simulado representen el numeroso harén del difunto. Hábilmente variadas, pero con un estilo convencional que se inspira en modelos áticos, estas figuras no están unidas por un ritmo capaz de darles vida” (J. Charbonneaux).

Resumen en forma de Clip
Aquí presento en forma de clip un resumen de lo expuesto anteriormente. Nota: Ver en HD.